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14.2.10

42 Retirada del REDUCTIL, contra la obesidad



El medicamento adelgazante Reductil (cuyo principio activo es la sibutramina) se retira de las farmacias, y se insta a los usuarios que estén tomando sibutramina a acudir a la consulta del médico para la suspensión del tratamiento.


La Agencia Europea del Medicamento (EMEA) ha recomendado que se suspenda la comercialización de la sibutramina, principio activo del medicamento Reductil. El Reductil es un fármaco que se usa en determinados pacientes en los tratamientos de perdida de peso.

Esta suspensión cautelar de la comercialización de Reductil se basa en la evaluación de los últimos estudios que analizaban el riesgo/beneficio de la sibutramina, y que mostraban que los pacientes tratados con sibutramina tienen un mayor riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares. Este mayor riesgo contrasta con la observación de que tras el tratamiento a largo plazo, la pérdida de peso conseguida con sibutramina es inferior a la esperada. En vista de que los beneficios son menores que los riesgos potenciales, la Agencia de Medicamento ha decidido la suspensión de la comercialización del medicamento Reductil.



ENTREVISTA A JORDI CARBALLIDO

EN REFERENCIA A LA RETIRADA DEL REDUCTIL
RADIO CASTELLÓN - CADENA SER








La ausencia de medicamentos legales y eficaces contra la obesidad, hace que proliferen (sobre todo en internet) miles de fármacos del más dudoso origen y control médico.


Internet mueve cada año 2.000 millones de euros en medicamentos supuestamente adelgazantes, sin ningún control médico. La mayoría de ellos fabricados en paises del tercer mundo, en condiciones infames.




En la década de los 80 y los 90… millones de personas que padecían sobrepeso y obesidad se vieron azotadas por una terrible pesadilla: pastillas de anfetamina y tiroides que se distribuían por canales de muy dudoso origen. Eran pastillas – milagro, se podía comer de todo… y adelgazabas !!!!! El resultado fueron millones de personas que consumieron durante un tiempo un compuesto químico… que les descompuso su metabolismo para toda la vida… … y los kilos que perdieron, los recuperaron con asombrosa facilidad… más unos cuantos de propina… Muchas… demasiadas personas… que padecen obesidad aún las recuerdan.

Esta es una historia de mi HISTORIAS DE MUCHO PESO, recreada en aquel boom que supuso el uso indiscriminado de anfetaminas para adelgazar.




El Coreano de San Clemente

Este personaje llegó de un país oriental, supuestamente de Corea, y se asentó en una improvisada ciudad dormitorio muy cercana a la gran capital, de esas que se les llamaron «ciudad satélite». Un lugar con nula planificación urbanística, inexistentes servicios, y todo funcionando bajo mínimos, hasta el punto de que se podía saber si llovía sin abrir la ventana, ya que a la que caían cuatro gotas, había un apagón de luz.

El Coreano, siempre sonriente, hacía toda clase de trabajos, una ocupación muy útil en una situación de precariedad de la época. Cuando llegó el boom de la acupuntura, fue él quien lo inició en la barriada. En pocos meses la mayoría de las abuelitas del lugar iban un ratito a su «consulta» en busca de alivio al reuma, a la artritis o al exceso de colesterol, y también, por qué no, a charlar un ratito.

Algunas personas le preguntaron si aquellas agujas también servían para adelgazar. Les dijo que sí, y a los pocos meses las abuelitas quedaron desplazadas por las muchas mujeres que, desesperadamente, buscaban perder peso.

Y surgió el milagro de las pastillas. De repente, el Coreano de San Clemente empezó a vender unas pastillas, sin marca, sin nombre. Unas misteriosas cápsulas (de dos colores, azul y blanco) que adelgazaban. Las únicas restricciones eran que «Usted puede comer de todo, menos pan,
y beber de todo, menos vino». El frasco contenía 30 cápsulas, para todo el mes, una para cada día. Una vez a la semana ibas a hacer acupuntura, pesarte y revisar la provisión de frascos. Como digo, un milagro. Se comía y se bebía de todo (menos pan y vino), y cada semana, 1 kg menos. Fenomenal.

La voz corrió y vinieron personas de todos lados, de fuera de la barriada, de la gran ciudad adyacente… Tanta gente, que el Coreano, al final, dejó la práctica de la acupuntura para dedicarse única y exclusivamente a la venta de sus cápsulas mágicas, y a seguir pesando a la gente en la vetusta báscula de baño de su consulta.

El fulgurante éxito le hizo disponer de 3 consultas, repartidas por los puntos más distantes y estratégicos. Siempre estaban llenas a rebosar. Mi hermano, que fue uno de sus clientes, me dijo que si no ibas muy pronto, te quedabas en la calle haciendo cola. Y algunos días, incluso sin pastillas, porque las había acabado. Ante tal éxito, los frascos también se podían comprar en algunas farmacias, especialmente del sur de España, sin receta médica, únicamente indicando
en el sobre de pedido de parte de quién ibas y, por supuesto, el justificante de haber puesto el giro postal. Al final, quien más quien menos, recetaba fórmulas magistrales que se dispensaban en determinadas farmacias de cualquier punto de nuestra geografía.

Pasado un tiempo, empezó a correr el rumor de que aquellas pastillas eran un cóctel de anfetaminas y polvo de tiroides de vaca, convenientemente desecado y pasado por el molinillo de café. Las clientas asiduas a esa extraña mezcla decían que no podía ser, que una farmacia no iba a vender una cosa que no fuera legal. Y del Coreano… ¿Quién iba a dudar de ese chinito, que llevaba tantos años haciendo bien a todo el mundo?

Y resultó que era ilegal. Las autoridades sanitarias prohibieron la circulación de esas pastillas, y cerraron las farmacias que las dispensaban. También clausuraron las consultas del Coreano de San Clemente. Pero éste no se dio por vencido, y con el enorme dineral que sacó, decidió abrir una gran consulta en Barcelona. Una consulta totalmente legal, dotada de personal médico especializado. No duró ni dos meses. Su clientela, cuando vio que se trataba de un centro normal, donde se daban unas pautas dietéticas y te atendían médicos especialistas, perdió todo el interés. En conclusión, o había pastillas prohibidas y milagrosas o no había negocio, aun siendo conscientes del serio peligro que suponía tomarlas.

Esto ocurrió hace unos 20 años. Muchas de las personas que consumieron estas capsulas se encuentran hoy seriamente afectadas por sus efectos secundarios, en especial problemas con la glándula tiroides.

1 comentario:

Marener dijo...

es penoso pero esto es real, la gente quiere milagros sin sacrificios, desde el tiempo de la antiguedad siempre se ha tenido que hacer sacrificios para todo, incluso los mismos creyentes al cristianismo tubieron que sacrificar, el ciego Bartimeo quiso recuperar la vista, su sacrificio se basaba en gritar a Jesus, a implorar.
Con elacion a las dietas ocurre lo mismo, mira como somos tan cretinos que cuando el chinito vendia esas "milagrosas pastillas2 todos asistiamos( DIGO TODOS PORQUE DE UNA FORMA U OTRA HEMOS CAIDO EN ESTE TIPO DE COSAS) pero cuando el chino sentò cabeza, y comenzò a hacer las cosas algo mejor con especialistas, la gente recogiò pita y no quiso ir, el porque? Muy facil, queremos perder kilos, pero no queremos decir basta de esta mala alimentacion que nos esta matando, basta de comer aquello que tenemos que quitarnos, nos dejamos vencer por un plato de mala comida, nos dejamos dominar, nos convertimos en esclavos, nos convertimos en personas descontroladas que nos es mas facil apuntar el dedo para otro lado y no acabar de ser gente coraggiosa gente que diga BASTA OBESIDAD, HASTA AQUI LLEGO TU DOMINIO SOBRE MI.
Jordi, no deje de publicar en este blog, por favor, me es de muchisima ayuda
OJO, YO injeri unas pastillas de una marca reconocida y cogi tremendos sangramientos, no pongo nombre por ceustiones que no quiero que alguien lea y pueda causarle problema al blog.
saludos y no deje de poner de sus experiencias y la de otros. por favor, siga ayudando a todos que como yo estamos cansados de esta obesidad, o de esta enfermedad
ESCRIBE UNA QUE DE 58 KILOS, LLEGO A ALCANZAR 94, Y AHORA ESTA POR 89.