Más allá de las dietas: un nuevo estilo devida
El concepto “dieta”, entendida como una situación temporal para bajar de peso, constituye uno de los mayores fracasos, y es la principal causa de la obesidad en las personas adultas.
Los estudios revelan que más del 50% de las personas que padecen obesidad cuenta con una larga historia de fracasos en las dietas.
¿Qué es un atracón compulsivo?
Para muchas personas un atracón es algo inofensivo, un desliz que ocurre de vez en cuando, un contratiempo entre cómodo e incómodo. Para otras constituye un serio problema ya que lo viven como una falta de control sobre sus conductas alimentarias.
Buscando un nexo común en entre las posibles definiciones de atracón, diversos estudios examinan con detalle la vivencia de aquellas personas que padecen episodios de atracones compulsivos, mostrando en sus resultados que tienen como elementos comunes, la ingesta de una gran cantidad de alimentos en un corto espacio de tiempo, acompañada de una sensación de pérdida de control, y los sentimientos posteriores de culpa, vergüenza, arrepentimiento y deseo de no repetirlo.
Unos pacientes reportan que el comportamiento de comer compulsivamente es provocado por cambios de humor disfóricos, como la ansiedad o estados depresivos, mientras que otras no son capaces de identificar los desencadenantes específicos, sino más bien una sensación inmediata de alivio que produce comer descontroladamente. Finalmente, también nos describen una sensación de disociación, un deseo de adormecimiento, de buscar una desconexión.
Los pacientes con este trastorno que acuden a nuestra clínica padecen diferentes grados de obesidad, todos ellos coinciden en una historia de largos y repetidos intentos para perder peso y se sienten desesperadas por su incapacidad para controlar sus conductas alimentarias.
La percepción común es que su forma de comer, o su peso, interfieren las relaciones con los demás, con el trabajo, y en general, con la capacidad de sentirse bien. También sienten una sensación de auto-desprecio, disgusto por el volumen del cuerpo, ansiedad, depresión, y sentimiento de vulnerabilidad interpersonal.
Para hacer frente a esta intensa insatisfacción por el peso y la forma que ha adquirido el cuerpo, la solución siempre es empezar una dieta, la mayoría de las veces muy restrictivas, como evitar alimentos o bebidas, incluso saltarse algunas comidas.
La dieta induce a una sensación de privación que se resiente tanto a nivel fisiológico como psicológico, lo que se convierte el inicio de los atracones compulsivos, una respuesta espontánea del propio organismo, que puede acabar en crónico, por el esfuerzo continuado y obsesivo por bajar de peso.
El sentido de la vergüenza por no haber sido, una vez más capaz de controlarse y el temor al aumento de peso puede ser tan fuerte como para dar lugar a medidas extremas, como el uso del vómito provocado, el abuso de laxantes, o el deporte compulsivo.
Los continuados intentos por recuperar el control, hace que fracasada una dieta, intentemos otra, que con el paso del tiempo se convierte en un ciclo autoperpetuante. Cada nueva pérdida del control sobre la comida supondrá un empeoramiento de su estado general y un aumento de la preocupación sobre el peso y la forma corporal.
Sólo con la interrupción de este ciclo autoperpetuante, el metabolismo tendrá la oportunidad de recuperarse a su nivel base.
La terapia cognitivo-conductual es la respuesta más eficaz para normalizar la conducta alimentaria y, por lo tanto, el peso corporal.
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