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13.3.10

45 Si yo fuera rico... engordaría 10 kilos cada año...

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Por el módico precio de 1€ he tenido la oportunidad de volver a ver una extraordinaria película musical de los años 70: El Violinista en el tejado.






Y como dice la sabiduría popular "el martillo solo ve clavos", o sea que no he podido dejar en pensar en lo mío, que es el tratamiento de la obesidad.






Tevye es un humilde lechero, que empieza la película quejándose de su suerte, su caballo cojea, así que lo deja en el establo y le va a tocar a él mismo, arrastrar el carro hasta la pequeña aldea y repartir la leche.














Se queja de su suerte... ¿Por qué tiene que trabajar tanto para ganar tan poco?







En la letra de la canción si yo fuera rico, nos encontramos las siguientes estrofas:








Si yo fuera rico ...
Todo el día ... bidi bidi bum (estaría perezoso)
Si yo fuera un ricachon
Nada de trabajo
todo el dia bidi bibi dim (estaría perezoso)
Si yo fuera rico...
Holgazán, holgazanillo.



….





Resultado: sobrepeso y obesidad, engordarían 10 kilos por año.

Teyve que ya tiene una predisposición a coger peso, dejar su continuada actividad de la granja, y, además, comer todo lo que le apetezca (¿le recuerdan la frase de la persona que le empiezan a ir bien las cosas "en esta casa no falta de nada"?), le supondría engordar 10 kilos por año.

Es un hecho constatado en mis años de experiencia:



Regla del 10

Toda persona con tendencia al sobrepeso, que mantiene controlada esta
tendencia, mediante una actividad continuada y una cierta precaución a la hora de las comidas, cuando abandona estos hábitos, por ejemplo por un cambio de trabajo, de actividad, deja de prácticar deporte, por un embarazo..., este cambio de hábitos le supone engordar una media de 10 kilos por año.

Volvemos a la película: Este sobrepeso en los primeros años se luce con orgullo. Su deseo, cuando sea rico, es que su esposa luzca una gran papada, en otra parte de la letra de la canción dice:


Si yo fuera rico...
bidi bidi bidi rico.
Haría a mi esposa,
como la mujer de un rico,
con una buena papada.
Supervisando comidas
maravillosas.








Seguramente nuestro lechero no tendría suficiente con engorda él, y a su esposa, sino que también haría que sus 5 hijas también engordaran.



O sea, que no les permitiría lo duros trabajos que están realizando en la granja.




Como se puede ver, la obesidad es contagiosa. Además es una moda. En una sociedad que pasa por estrecheces económicas, ser gordo supone subir un escalón social.




Sigamos con la película... la historia se complica... el cruel gobierno de la Rusia zarista de principios de Siglo XX expulsa a los judíos de la zona. Tienen que cambiar de país. Esta familia emigra a los Estados Unidos, allí tendrán nuevas oportunidades. Seguramente no tendrán que trabajar tan duro. La sociedad industrializada les permitirá, al menos, tener acceso a las necesidades básicas. Y si les va bien, incluso pueden convertirse en unos nuevos ricos.

De la manera que sepan gestionar este cambio,

hará que aparezca, o no, la obesidad.


Tendrán que ir al gimnásio para quemar artificialmente unas calorías que antes estaban inherentes a la actividad diaria.


Todavía podemos ir más lejos: sus hijas no se verían bien. No estarían a gusto con su sobrepeso, y empezarían con los intentos de bajar de peso, unos intentos, que pueden convertirse en verdaderos episódios patológicos. El trastorno de la alimentación, por bulímia o anorexia está servido.


El hombre hace descubrimientos, continuamente crea nuevas aplicaciones para que nuestra vida sea más fácil, fácil entendida como la menor actividad física posible:


Ascensor


Mando a distancia


Lavaplatos


Automóvil...














Una auténtica carrera para que el hombre, finalmente, no tenga que hacer nada. Como si nuestro sueño fuera el tener, directamente, un robot que nos lo haga todo:





Yo, propondría el siguiente invento, una máquina expendedora de refrescos, que solo dispensa el refresco si primero has pedaleado durante 60 minutos. Es decir, que solo sirva bebidas azucaradas cuando se ha comprobado que el refresco se justifica para equilibar la energía saliente, con la entrante. Es que si no se hace así, engordamos.




1 comentario:

Marener dijo...

saludos.
otro de los inventos que nos ha traido tanta pereza es el coche, aqui hay personas que para ir a la esquina tiene que salir en sus coches.
saludos y tengan buenos dias