Los problemas asociados con la alimentación, y en especial el sobrepeso y la obesidad, se han convertido en la epidemia del Siglo XXI, según ha declarado la Organización Mundial de la Salud.
Resulta chocante que se haya denominado “epidemia”, es la primera vez que se asocia “abundancia” con “epidemia.
También es la primera vez en la historia que una epidemia se propaga a nivel mundial por una vía no infecciosa interna, se ha propagado no por enfermedad sino por malos hábitos.
Comer por ocio o por placer es una conducta que se pierde en la noche de los tiempos. Sin embargo, a partir de la industrialización de los alimentos, la comida rápida, la ansiedad y el estrés, ha surgido un nuevo problema: La dependencia de la comida como elemento de evasión de los estados de ánimos, comer por estar alegres, comer por estar tristes y comer porque nos aburrimos.
Muchas personas repetidamente mantienen conductas y hábitos que sin saberlo son potencialmente dañinos. Estas conductas se pueden convertir en una adicción.
El uso continuado, repetido y obsesivo de “algo” que no está hecho para este fin. Cualquier cosa puede convertirse en una adicción, un ejemplo sería el móvil, si lo convertimos en algo distinto a la comunicación puntual, nos pasamos todo el día usándolo de forma compulsiva, que se traduce en una factura desproporcionada, y fuera del alcance de la economía familiar, es que nos hemos convertido adictos al móvil.
Y otro ejemplo es la comida. El nombre de la adicción a la comida es la ingesta compulsiva.
¿Qué es la ingesta compulsiva?
Una forma de adicción
Es una adicción que se caracteriza porque la persona no es capaz de controlar sus impulsos con la comida, lo que le a acarrea una serie de graves consecuencias en la salud y en las esferas personal, familiar, profesional y social. Viene a ser, por tanto, un trastorno progresivo
¿En qué se caracteriza la ingesta compulsiva?
1. una ocasional o continuada pérdida de control sobre los alimentos.
2. una exagerada preocupación por la comida y por tenerla cerca,
3. pensamiento irracional sobre la comida,
4. que continúa haciendo la conducta, a pesar de sus adversas consecuencias.
El poder adictivo de la comida
Las personas no sólo comemos para saciar nuestro apetito. También se puede engullir por puro placer y con demasiada frecuencia para canalizar tensiones emocionales.
El problema es que "aprendemos" a gratificarnos engullendo. Es decir, nos hemos vuelto adictos a la necesidad de sentir el estómago lleno, el problema, como en todas las adicciones, es cada vez se necesita más para sentir lo mismo.
Si nos acostumbramos a comer en exceso grasas y azúcares, el organismo se hace adicto a la necesidad de sentir esta plenitud, que cuando se intenta reducir (mediante una dieta) se experimentan auténticos síndromes de abstinencia.
Sucumbir a un síndrome de abstinencia es reforzar la adicción, es reforzar el carácter adictivo de lo que se está haciendo, que en los primeros momentos se hizo por placer, y ahora se hace adicción, nada que ver con el placer inicial.
Síntomas compartidos en las adicciones:
• Deterioro progresivo («etapa feliz»).
Este deterioro no es percibido por el paciente, al contrario lo ve como algo positivo. El consumo le produce placer y no le impide llevar una vida totalmente normal.
• Pérdida de control
Práctica compulsiva
• Negación.
Auto engaño que se presenta como una dificultad para percibir la relación entre la conducta adictiva y el deterioro personal.
• Uso a pesar del daño
Que se manifiesta como la práctica continuada de la conducta adictiva. Este daño es tanto para la persona como para los familiares
¿Tengo un problema con la comida?
1. ¿Como deprisa, incluso sin tener hambre?
2. ¿Me siento culpable por haber hecho con la comida abusos que no debía hacer?
3. ¿Como a escondidas?
4. ¿Pico entre horas sin poder evitarlo?
5. ¿Comer más cantidad de comida de la que se debe comer, sin poder evitarlo?
6. ¿Abandono dietas al poco tiempo de haberlas iniciado, incluso después de haber pagado una importante cantidad de dinero por el tratamiento?
7. ¿No me compro ropa, siempre estoy esperando a perder unos kilos para hacerlo?
8. ¿Aplazo proyectos, citas, encuentros, es decir, no me gusto?
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