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18.7.11

Menopausia y sobrepeso. ¿Es inevitable?













La menopausia no es la responsable de subir de peso. Sin embargo una de las creencias más extendidas es precisamente asociar menopausia con subir kilos, como uno de los síntomas más característicos.



La menopausia es un acontecimiento natural en el ciclo vital de la mujer. Marca el fin del ciclo menstrual y, por consiguiente, su capacidad para procrear.


Durante los años de fertilidad de la mujer, determinadas hormonas como son el estrógeno y progesterona fluctúan en un ciclo continuado para preparar el cuerpo a la menstruación, la concepción y el embarazo.


Cuando esta liberación continuada de estas hormonas disminuye, empieza la menopausia, esto ocurre generalmente en torno a los 50 años, o antes en el curso de una intervención quirúrgica de resección de los ovarios.






Síntomas


Los síntomas varían de una mujer a otra, van desde no notar prácticamente nada a algunos estados moderados e incluso severos. Los síntomas de la menopausia incluyen la ausencia del ciclo menstrual mensual, sequedad vaginal, sofocos, y alteraciones del estado de ánimo.


En razón de la baja tasa de estrógenos, se eleva el riesgo a padecer diversos grados de osteoporosis y enfermedades del corazón, razón por la cual se debe consultar con su médico sobre la posibilidad de un tratamiento de substitución hormonal.






¿Se aumenta de peso debido a la menopausia?


Para intentar reducir los síntomas habituales en la menopausia, sean leves, moderados o severos, las mujeres pueden, consciente o inconscientemente, modificar sus hábitos alimentarios, incorporando en ocasiones más cantidad, o centrándose en productos más calóricos, como pueden preferentemente los dulces, y también los salados.


No es la menopausia la responsable de la subida de peso. La subida de peso no es en sí un síntoma de la menopausia, es la consecuencia de adoptar medidas compensatorias a estos síntomas mediante una alimentación inadecuada.


Otra causa significativa es que con los años, todos tenemos tendencia a aumentar de peso. A lo largo de nuestra vida nos podemos encontrar a los 50 años, fácilmente con 10 kilos más de cuando teníamos 18 años. Las mujeres pasan por embarazos, y su capacidad de normalizar el peso no siempre es óptima. Vamos acumulando kilos de una manera progresiva, lo cual nos hace aceptar estos kilos de más que se producen a lo largo de los años. Es a los 50 años cuando nos damos cuenta del total de estos kilos de más que se han ido acumulando a lo largo de media vida, y es cuando nos preocupan realmente y como llega la menopausia, la hacemos injustamente responsable a ella. La situación empeora si los kilos adquiridos progresivamente a lo largo de media vida, se le suman los cogidos en el periodo menopáusico.






Nuestro metabolismo se ralentiza con los años


Otro factor importante es que la progresiva evolución del peso a la alza va ligada al metabolismo basal, es decir, la cantidad de energía requerida que necesitamos diariamente. Nuestros requerimientos energéticos disminuyen con el paso de los años, nuestra actividad metabólica cada vez es menor, por lo que a igual alimentación con el paso de los años engordamos. Debemos tener la precaución de revisar anualmente con un especialista qué cantidad de energía necesitamos y que alimentación es la más conveniente.






La solución


Si tenemos en cuenta lo que hemos dicho, hay solución. Debemos respetar que el paso de los años requiere que revisemos nuestra alimentación, en la que se deben reducir progresivamente el tamaño de las raciones. También debemos revisar el ejercicio que hacemos.


Hay que tener en cuenta que el ejercicio no es una opción, es una obligación que tenemos todos para mantener nuestro cuerpo activo, es el complemento ideal a una correcta alimentación.


Se deben tener en cuenta que los síntomas de la menopausia (sofocos, fatiga y estado de ánimo) no favorecen mucho a la práctica del ejercicio y si favorecen a buscar en algunos alimentos (que suelen ser los más calóricos) como una fuente de consuelo.


Una dieta equilibrada, un programa de ejercicio adecuado y el apoyo psicológico, se han revelado como la mejor forma para contrarrestar estos efectos.




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