Todo plan dietético debe estar supervisado por un médico.
Las denominadas "medicinas alternativas" : Acupuntura, Técnicas de relajación, Terapias florales, etc... deben ser consideradas con complementos, nunca como la parte central del tratamiento. Son un complemento ideal para ayudar, pero la supervisión debe ser siempre a cargo de un responsable médico.
Los mismo ocurre con los productos denominados "dietéticos", "bio", "bajos en calorías", "light".... Ayudan, pero no definen una bajada de peso, muchas veces ocurre exactamente lo contrario, que por pensar que un determinado producto por ser "light" no engorda, se consume más cantidad, con lo cual al final se consumen más calorías que si lo hubierámos tomado "normal".
El que en un producto ponga "rico en fibra vegetal", "o contiene ácidos Omega" esto quiere decir que el producto se ha tratado con especial cuidado para que sea más sano, pero eso no tiene nada que ver con el deseo de bajar de peso.
NO CONFUNDAMOS "SALUDABLE" CON "ADELGAZA"
Muchas personas personas están obesas a pesar de comer sano, se trata de comer sano las cantidades y las proporciones adecuadas.
Siempre con el consejo nutricional.
NO CONFUNDAMOS "SALUDABLE" CON "ADELGAZA"
Muchas personas personas están obesas a pesar de comer sano, se trata de comer sano las cantidades y las proporciones adecuadas.
Siempre con el consejo nutricional.
LA EDUCACIÓN NUTRICIONAL
LO ÚNICO QUE SIRVE REALMENTE PARA ADELGAZAR, NO RECUPERAR PESO Y ESTAR SANO ES LA EDUCACIÓN NUTRICIONAL, APRENDER A COMER CORRECTAMENTE DE TODO UN POCO Y UN MUCHO DE NADA.
La dieta debe ser entendida dentro de un programa de edudación nutricional, y a su vez la educación nutricional debe ser entendida en el contexto de la educación para la salud.
Siempre se ha de pensar en unos objetivos alcanzables
y siempre en metas que se han de consolidar.
Realizar cinco comidas al día. Tres principales y 2 tentenpies.
Planificar de antemano lo que se va a comer (sobre todo en fiestas).
Preparar las comidas cuando no se tiene hambre. (al menos intentarlo)
Ir a comprar con una lista cerrada. Y pase lo que pase, no comprar nada extra.
Establecer un horario fijo para las comidas. (cuando se pueda)
Comer sentado/a y sin prisas. La nutrición es un acto que necesita de tiempo, pensar y "ver" lo que estás comiendo.
Utilizar platos pequeños.
Masticar lentamente. Favorece la sensación de saciedad.
Comer a pequeños bocados.
No comer dos cosas a la vez.
No realizar otras tareas mientras se come (TV).
Beber entre 1.5-2 l de agua al día. Pero no de manea compusliva, sino espaciada a lo largo del día.
No picar entre horas. Picar siempre es la antesala del descontrol.
Pesarse cada 7-15 días, y no cada día.
Buscar apoyo en la familia.
Hacer una dieta variada y equilibrada.
Evitar los fritos y rebozados.
Utilizar condimentos variados, para dar más variedad de sabores.
Intentar ser creativos en la cocina y apartarse de la monotonía.
Evitar aportes calóricos sin valor nutritivo (refrescos, alcohol).
Complementar la dieta con ejercicio físico adaptado a tu estado.
Buscar un sitio cómodo para hacer ejercicio.
Practicar un ejercicio que te sea agradable y variable. Lo mínimo, caminar media hora cada día.
Conseguir una pérdida de peso entre medio y un kilo por semana es correcto.
Una vez conseguido el objetivo hay que hacer una dieta de mantenimiento. Este paso es muy importante ya que la obesidad es un trastorno metabólico crónico y los pacientes tienen tendencia a recuperarlo. En esta fase es fundamental tener un contacto estrecho con su médico para poder ir corrigiendo pequeñas desviaciones en el peso.
MITOS (Creencias que no son ciertas)
Normalmente, a los pacientes obesos, no se les detecta ningún problema hormonal. Los problemas del tiroides, por ejemplo, se controlan mediante medicación, y no tiene porque ser causa de obesidad.
El aumento de peso que se considera normal con el paso de los años es muy pequeño.
La sal no engorda. La sal es un mineral y no tiene calorías. Puede producir retención de agua en enfermedades como la insuficiencia cardíaca , renal o hepática, pero en personas normales no altera su peso.
El agua no tiene calorías, y esta propiedad se mantiene independiente del momento en que se ingieren los alimentos. Por lo tanto no engorda en ningún caso.
Todos los aceites vegetales (oliva, girasol, maíz...) tienen las mismas calorías.
La margarina vegetal tiene casi las mismas calorías que la mantequilla.
El pan tostado, los bastones, la corteza de pan, tienen las mismas calorías que la miga.
La leche de vaca descremada tiene los mismos nutrientes que la leche entera, a excepción de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y las grasas. Su contenido en proteínas y calcio es el mismo que la leche entera.
La capacidad de engordar de la pasta, depende básicamente de la salsa que se utilice.
La miel es un azúcar con calorías.
Las vitaminas no engordan.
El comer rápido no influye sobre el peso, lo que ocurre es que el comedor veloz ingiere más cantidad.
Los obesos absorben igual los nutrientes que los delgados.
El estreñimiento no tiene influencia sobre el peso.
DIETAS QUE NO SIRVEN ABSOLUTAMENTE PARA NADA
Debido a que la obesidad es una enfermedad crónica difícil de tratar, a su alrededor han surgido innumerables tratamientos "maravillosos", que no hacen otra cosa que desmotivar a los pacientes, ya que al prometerles grandes resultados (que nunca se cumplen a medio plazo) crean en ellos desconfianza y desazón. Dentro de esta oferta se encuentran las dietas "maravillosas", que en los últimos años han proliferado de forma extraordinaria, ofreciendo una información incorrecta y la obtención de unos resultados sin ningún tipo de esfuerzo.
Esto ha llevado a que muchos pacientes, cansados de oír siempre lo mismo, fueran probando las distintas dietas que se les ofrecían. Algunas contienen toques exóticos, otras cómicos, pero la mayoría poseen un denominador común y es que a la larga son peligrosas y no sólo no consiguen cambiar los malos hábitos sino que acentúan los errores.
Cada año (y sobre todo antes del verano) aparecen nuevas dietas, muchas veces utilizando personajes famosos que aseguran la solución del problema de la obesidad si se siguen sus postulados. En general estas dietas no tienen ningún fundamento científico y sí económico. Comentaremos a continuación algunas de los cientos de dietas que se han ofrecido a los obesos.
Dieta de Montignac. Se basa en el índice glucémico de los alimentos. Considera a la insulina el centro del problema y estigmatiza a la glucosa, a la que considera un producto tóxico. Estas dietas están basadas en una reducción importante de los HC que se sustituyen por grasas. El peligro de estas dietas es que producen pérdidas de proteínas, son cetogénicas, lo que implica una acidosis metabólica, pueden hacer perder minerales a través de la orina (como el calcio), son muy ricas en colesterol, disminuyen la reserva de glucógeno, limitan el aporte de vitaminas hidrosolubles, son pobres en calcio y magnesio, aumentan el ácido úrico y el colesterol LDL, producen estreñimiento y pueden llegar a ocasionar trastornos cardíacos. Cuando estas dietas se mantienen durante un período de tiempo largo se produce una disminución de la masa muscular muy difícil de recuperar.
Dieta de la Clínica Mayo. Ha sido constantemente negada por la propia clínica de Rochester (los incrédulos pueden adquirir el "Manual de dietética de la Clínica Mayo"). Se trata de dietas desequilibradas con un alto contenido en colesterol.
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