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2.8.11

Dietas y resbalones

Dietas y resbalones







Ponerse a dieta no deja de producir una sensación agridulce, porque se entremezcla la ilusión por bajar unos kilos, con el recuerdo amargo de la última intentona por perder peso que resultó un fracaso.

Con los años, con la suma de dietas que no han funcionado y otros intentos por bajar de peso frustrados, cada vez nos vamos quemando más y hace que cada vez que intentamos nuevos sistemas para bajar de peso cada vez se hace peor.

Aunque cada vez se haga peor, las reglas y las prohibiciones dietéticas cada vez quieren ser más estrictas. Hasta el punto que supone un serio problema para la fuerza de voluntad. Cuando se sucumbe y sufrimos un resbalón que trasgrede la estricta y férrea dieta que habíamos planificado, la reacción es abandonar la dieta, y pasar por un periodo de “reposo”, un periodo de “ninguna dieta”, comer todo lo normal que se pueda, hasta que llega de nuevo el descontrol, ese descontrol que se había prometido una y otra vez que nunca más llegaría.





LA PARADOJA ES QUE AL FINAL, LAS DIETAS SE PUEDEN CONVERTIR EN UN ENTRENAMIENTO EXHAUSTIVO Y CONCIENZUDO PARA SALTARSE DIETAS CADA VEZ EN MENOS TIEMPO. ES DECIR, EL EFECTO CONTRARIO DEL BUSCADO.


La etapa de descontrol va seguida de un sentimiento de culpa y lo que es peor, de subir más kilos, incluso más kilos que los que se tenían antes de iniciar la última dieta. En este momento puede aparecer una etapa de aceptación (o mala aceptación) del cuerpo, “me acepto a pesar de esos horribles kilos de más”, hasta que la aparente calma se hace insoportable y se decide hacer una nueva dieta, con lo que se cierra este ciclo autoperpetuante de dieta-fracaso-periodo de aceptación.



Si quieres bajar de peso has de saber que…

Hacer una dieta es mucho más que bajar de peso, es decidirse por un estilo de vida más saludable. Comenzar un nuevo camino en la vida. No tener que estar siempre en el dilema entre comer lo que debo y lo que no debo. Es, sobre todo, una inversión a medio/largo plazo, para implantar nuevos y saludables hábitos de manera definitiva. Tus mejores aliados son el tiempo y la constancia. No hay atajos.

Debes aprender hábitos saludables, y también reglas especiales para cuando tengas un resbalón. Vive una transgresión no como un fracaso que indica el abandono de lo bueno que habías hecho, sino como una parada para reemprender el buen camino con más convicción.

Una buena dieta es aquella que no te hace pasar hambre, y, además te hace sentirte saciado. Lo primero evita que pierdas el control, lo segundo te da la tranquilidad de saber hacer las cosas bien.

De la misma forma que tu organismo reacciona con pánico ante la falta de oxigeno y de agua, también reacciona de la misma manera ante la falta de comida.  No es que tengas falta de voluntad, es que se trata de una cuestión de superviviencia.  Nuestro instinto no está programado para pasar hambre.  La vida solo es posible con oxígeno, agua y energía. 
Nunca hagas dietas sin el asesoramiento de un equipo médico y nutricional.



1 comentario:

Pep Manel dijo...

Cuanta razón en este post, un saludo