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2.8.08

No es el qué, es el cómo




















Hay cambios estéticos y cambios vitales. Si lo que hay que cambiar es un detalle estético (como exiliar un pequeño michelin alojado en la cartuchera, o depilarse), el remedio tiene una fácil y mecánica solución. Pero si lo que hay que cambiar es un problema acumulado en años de desencuentros (como la obesidad) lo que hay que hacer es un cambio vital. Una transformación. Hay que desaprender determinadas conductas, reaprender otras y aprender nuevas.
Evelyn tiene un problema con su peso, todos los días los empieza con un firme deseo: hacer su dieta. Pero cada día fracasa. Cada vez que intenta comer menos... al final come más. Esconde comida. Su forma de vivir favorece un ambiente obeso. Mientras viva en un ambiente obeso, ella será obesa. Pero conocerá a una persona (una abuelita), que le hará cambiar su vida.



En la década de los 80 y los 90… millones de personas que padecían sobrepeso y obesidad se vieron azotadas por una terrible pesadilla: pastillas de anfetamina y tiroides que se distribuían por canales de muy dudoso origen. Eran pastillas – milagro, se podía comer de todo… y adelgazabas !!!!! El resultado fueron millones de personas que consumieron durante un tiempo un compuesto químico… que les descompuso su metabolismo para toda la vida… … y los kilos que perdieron, los recuperaron con asombrosa facilidad… más unos cuantos de propina… Muchas… demasiadas personas… que padecen obesidad aún las recuerdan.

Aquí en nuestro país fue un fenómeno social, circulaba de mano en mano la hojita con el nombre del establecimiento que te las enviaba por correo. Habían colas… las consultas estaban llenas a rebosar… por unos años estas pastillas-milagro se convirtieron en el oasis de la obesidad.













Conclusión: No hay que ser tan execesivos