


Aquí en nuestro país fue un fenómeno social, circulaba de mano en mano la hojita con el nombre del establecimiento que te las enviaba por correo. Habían colas… las consultas estaban llenas a rebosar… por unos años estas pastillas-milagro se convirtieron en el oasis de la obesidad.







Hay cambios estéticos y cambios vitales. Si lo que hay que cambiar es un detalle estético (como exiliar un pequeño michelin alojado en la cartuchera, o depilarse), el remedio tiene una fácil y mecánica solución. Pero si lo que hay que cambiar es un problema acumulado en años de desencuentros (como la obesidad) lo que hay que hacer es un cambio vital. Una transformación. Hay que desaprender determinadas conductas, reaprender otras y aprender nuevas.
Evelyn tiene un problema con su peso, todos los días los empieza con un firme deseo: hacer su dieta. Pero cada día fracasa. Cada vez que intenta comer menos... al final come más. Esconde comida. Su forma de vivir favorece un ambiente obeso. Mientras viva en un ambiente obeso, ella será obesa. Pero conocerá a una persona (una abuelita), que le hará cambiar su vida.
2 comentarios:
No se de donde ha sacado la idea de que ni el pan ni la pizza engordan, creo que antes habría que documentarse mejor, y no dar esta sensación al que tiene el problema de la obesidad.
Por supuesto que el pan engorda y la pizza mucho mas, y sobretodo a quienes como yo tenemos este desajuste hormonal.
No hay ningún alimento que adelgace, o engorde. Lo que hay son las cantidades que se ingieren, y las características personales de cada uno, que en base a ellas debe consumir las cantidades y los alimentos que más le convienen.
Cualquier tratamiento para bajar de peso debe ser realizado con control médico.
Saludos
Jordi
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