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22.9.09

Rimonabant X








http://www.elmundo.es/elmundosalud/2007/07/02/corazondossiers/1183370445.html


El Rimonabant, comercializado bajo el nombre de Acomplia, había creado una gran expectación. Era una substancia experimentada en laboratorio para dejar de fumar, que se vió que tenía como efecto secundario que quitaba el hambre, con lo cual, y por razones evidentes, se invirtió la tortilla, era un producto que ayudaba a adelgazar y encima podías dejar de fumar.
Actualmente los únicos medicamentos autorizados para el tratamiento de la obesidad es la sibutramina (comercializado con el nombre de Reductil) y el Orlistat (Xenical). Estos medicamentos estan en el mercado desde los años 90. La aparición de este nuevo medicamento creó mucha expectación, y la ilusión de muchos millones de personas con este problema. Que se desvaneció a los pocos meses de su comercialización. En nuestro país apenas un año. Esta substancia esta prohibida.
Hace pocos años viajé a un país de cuyo nombre no me quiero acordar, y que no se si aún conserva la inquietante etiqueta de "pais del eje del mal".
Para viajar hasta allí tienes que firmar un papel y hacer un juramento: el papel es una renuncia a hacer cualquier reclamación a la agencia de viajes, sea por el motivo que sea. El juramento lo haces nada más llegar y es que nunca has estado en Israel, ni tienes nada que ver con el pueblo judío. El 90% del presupuesto del estado es destinado al armamento. En el 90% de las paredes de aquel país hay la foto del jefe del estado.




Durante el viaje del aeropuerto a la ciudad me sorprendió ver un gran cartel publicitario en el que se anunciaba la venta de Rimonabant. Me sorprendió sobre todo porque de este medicamento no tenía información que estuviera ya en el mercado. Me recordó aquello del top manta, que ya tienes la película en DVD antes de que se estrene.

A la que me pude librar del guía, me dirigí a la calle de las farmacias (en estas ciudades, los comercios están organizados a lo medieval, calles que agrupan gremios: la calle de las alfombras, la calle de las babuchas, la calle de los afiladores... y también la calle de las farmacias.
Me encontré con una farmacia donde se vendía de todo, montones de nombres asociados al tema de perder peso. Pedí Acomplia, me trajo una caja, pero yo le dije que quería más, quería 500 cajas. Que yo las vendía por Internet. Ningún problema.


Un 40% de mujeres y un 25% de hombres confiesan utilizar distintos métodos de forma habitual "sin control médico" para disminuir su peso corporal.


Los españoles se gastan al año 2.000 millones de euros en productos "milagro".

La desesperación de muchas personas que padecen obesidad, les lleva a hacer cosas, que muchas veces saben que aquello no puede ser muy bueno, o son conscientes de que aquello, en realidad, son las anfetaminas de toda la vida. Lo que sea para perder peso.



El tema del uso de anfetaminas para adelgazar es viejo. Por lo menos, desde hace 25 años, que aparecen en las más diversas formas, siempre encubierta.


Internet es el gran dispensador de estas pastillas.







Todo por un sueño. Es una magnifica película que explica los efectos del uso de anfetaminas y otros medicamentos extraños. Se trata de una señora que necesita adelgazar desesperadamente porque, supuestamente, le han prometido que sería la estrella invitada de un programa de pérdida de peso. Esta película nos puede hacer entender lo que se puede llegar a hacer para perder peso.






La versión castiza la tenemos en esta historia:


El Coreano de San Clemente


Este personaje llegó de un país oriental, supuestamente de Corea, y se asentó en una improvisada ciudad dormitorio muy cercana a la gran capital, de esas que se les llamaron «ciudad satélite». Un lugar con nula planificación urbanística, inexistentes servicios, y todo funcionando bajo mínimos, hasta el punto de que se podía saber si llovía sin abrir la ventana, ya que a la que caían cuatro gotas, había un apagón de luz.


El Coreano, siempre sonriente, hacía toda clase de trabajos, una ocupación muy útil en una situación de precariedad de la época. Cuando llegó el boom de la acupuntura, fue él quien lo inició en la barriada. En pocos meses la mayoría de las abuelitas del lugar iban un ratito a su «consulta» en busca de alivio al reuma, a la artritis o al exceso de colesterol, y también, por qué no, a charlar un ratito.


Algunas personas le preguntaron si aquellas agujas también servían para adelgazar. Les dijo que sí, y a los pocos meses las abuelitas quedaron desplazadas por las muchas mujeres que, desesperadamente, buscaban perder peso.


Y surgió el milagro de las pastillas. De repente, el Coreano de San Clemente empezó a vender unas pastillas, sin marca, sin nombre. Unas misteriosas cápsulas (de dos colores, azul y blanco) que adelgazaban. Las únicas restricciones eran que «Usted puede comer de todo, menos pan, y beber de todo, menos vino». El frasco contenía 30 cápsulas, para todo el mes, una para cada día. Una vez a la semana ibas a hacer acupuntura, pesarte y revisar la provisión de frascos. Como digo, un milagro.

Se comía y se bebía de todo (menos pan y vino), y cada semana, 1 kg menos. Fenomenal.


La voz corrió y vinieron personas de todos lados, de fuera de la barriada, de la gran ciudad adyacente… Tanta gente, que el Coreano, al final, dejó la práctica de la acupuntura para dedicarse única y exclusivamente a la venta de sus cápsulas mágicas, y a seguir pesando a la gente en la vetusta báscula de baño de su consulta.


El fulgurante éxito le hizo disponer de 3 consultas, repartidas por los puntos más distantes y estratégicos. Siempre estaban llenas a rebosar. Mi hermano, que fue uno de sus clientes, me dijo que si no ibas muy pronto, te quedabas en la calle haciendo cola. Y algunos días, incluso sin pastillas, porque las había acabado. Ante tal éxito, los frascos también se podían comprar en algunas farmacias, especialmente del sur de España, sin receta médica, únicamente indicando en el sobre de pedido de parte de quién ibas y, por supuesto, el justificante de haber puesto el giro postal. Al final, quien más quien menos, recetaba fórmulas magistrales que se dispensaban en determinadas farmacias de cualquier punto de nuestra geografía.


Pasado un tiempo, empezó a correr el rumor de que aquellas pastillas eran un cóctel de anfetaminas y polvo de tiroides de vaca, convenientemente desecado y pasado por el molinillo de café. Las clientas asiduas a esa extraña mezcla decían que no podía ser, que una farmacia no iba a vender una cosa que no fuera legal. Y del Coreano… ¿Quién iba a dudar de ese chinito, que llevaba tantos años haciendo bien a todo el mundo?


Y resultó que era ilegal. Las autoridades sanitarias prohibieron la circulación de esas pastillas, y cerraron las farmacias que las dispensaban. También clausuraron las consultas del Coreano de San Clemente. Pero éste no se dio por vencido, y con el enorme dineral que sacó, decidió abrir una gran consulta en Barcelona. Una consulta totalmente legal, dotada de personal médico especializado. No duró ni dos meses. Su clientela, cuando vio que se trataba de un centro normal, donde se daban unas pautas dietéticas y te atendían médicos especialistas, perdió todo el interés. En conclusión, o había pastillas prohibidas y milagrosas o no había negocio, aun siendo conscientes del serio peligro que suponía tomarlas. Esto ocurrió hace unos 20 años. Muchas de las personas que consumieron estas capsulas se encuentran hoy seriamente afectadas por sus efectos secundarios, en especial problemas con la glándula tiroides.

Aun así, muchos suspiran por aquellas maravillosas pastillas, que les adelgazaban comiendo de todo menos pan, y bebiendo de todo, menos vino.


Me consta que el Coreano todavía tiene consulta, una consulta de acupuntura. Atiende abuelitas con problemas de articulaciones y reuma. Es el personaje sonriente de siempre, de una vejez indefinida, y nunca sabré si ese señor es consciente del mal que llegó a hacer. En realidad, fue una de las muchas pequeñas piezas que propagaron un gran negocio: el de hacer bajar de peso a las personas, administrando veneno.


Este negocio todavía continúa: véase internet. Cada día hay miles de personas desesperadas, dispuestas a tomarse cualquier cosa, sólo con la garantía de que van a perder peso. Importa poco el precio; basta que sea tentador. Y no importa, para nada, el riesgo de padecer secuelas en la salud para el resto de la vida.

(De mi libro, Historias de mucho peso)



No es, en absoluto, nada alarmista afirmar que el trastorno alimentario se convertirá en el mayor problema social en los próximos años.






ENTENDERLO, PARA EVITARLO




Más de un 65% de los adolescentes españoles están insatisfechos con su
cuerpo.

La insatisfacción con el propio cuerpo predispone a padecer un
trastorno del comportamiento alimentario.




La insatisfacción con el propio cuerpo puede aparecer a edades muy precoces. Se ha encontrado que con tan solo 7 y 8 años ya existe cierta preocupación por la propia imagen corporal y que algunos niños a estas edades ya tienen conductas y actitudes alimentarias problemáticas.








Un 11% de la población femenina joven española vomita,
abusa de laxantes y diuréticos, restringe su alimentación o consume pastillas para adelgazar con el fin de obtener el cuerpo
deseado.




En España alrededor del 60% de la población reconoce que ha llevado a cabo una dieta adelgazante alguna vez para perder peso.

Cuando uno no se siente a gusto con el propio cuerpo e inicia una dieta restrictiva sin control médico, puede estar abriendo la puerta a un trastorno del comportamiento alimentario. El seguimiento de dietas es la conducta alimentaria restrictiva que con mayor frecuencia se realiza, siendo generalmente elogiada por el entorno social.









Tomates verdes fritos. En esta otra película podemos ver cómo una persona se enfrenta adecuadamente a su problema de obesidad.






CIFRAS PARA REFLEXIONAR (Vídeo imprescindible)






web recomendada:
Fundación imagen y autoestima

http://www.f-ima.org/


.

1 comentario:

Anónimo dijo...

wow
la verdad es que no puedo parar de leer el blog
estoy por hacerme la intervencion de balon gastrico en argentina y desde ya sospecho que será un blog de cabecera para reformular mis conductas
gracias!
http://balonintragastricoyyo.blogspot.com/