Nos han inculcado el mensaje que la prosperidad se demuestra teniendo más y más. El éxito radica en tener lo que no tienes. O algo que tienes, tenerlo mejor, más nuevo, más bonito, más plano, con más colorines, que pese menos.
OBESIDAD Y SUPERABUNDANCIA: EL SUPERCONSUMIDOR
Lo que podríamos denominar como “la última revolución industrial”, la de los últimos 25 años, caracterizada por la superproducción de todo, maquinarias, utensilios… cualquier cosa que se necesite, se industrializa y es cuestión de poco tiempo para que se ponga al alcance del bolsillo de cualquier consumidor.
Ejemplo, pensemos en lo que hace unos años nos podía costar un buen mapa de carreteras de España, fiable, detallado y bien documentado, por este precio, hoy día podemos disponer de un GPS que nos puede conducir a cualquier punto de Europa, en el que se nos indica la velocidad máxima de cada carretera y los puntos donde se ubican los radares de velocidad, gasolineras, hoteles, hospitales, puntos turísticos, aparcamiento, un derroche de información imposible de usar a lo largo de toda nuestra vida.
En lo que se refiere a la alimentación, la industria no se ha quedado atrás, en las últimas décadas se ha incrementado tanto la disponibilidad de cualquier alimento, que se ha pasado de la escasez a la abundancia exagerada… si lo pensamos detenidamente, casi de chiste. Pongamos como ejemplo un pollo. Lo que hace unos años solo se podía comprar en un establecimiento y en determinadas horas (nos referimos a las pollerías de los mercados), hoy día se puede comprar prácticamente en cualquier esquina, no hay tiendecita de barrio (regentada por ciudadanos de las más asombrosas nacionalidades) y con un mínimo de cara y ojos que no disponga de un expositor refrigerado con este producto. Por no mencionar las grandes superficies, que como su propio nombre indica, dedican prodigiosas superficies a las más variadas fórmulas que tienen que ver con un pollo: hamburguesas de pollo, alitas de pollo, brochetas de pollo, solo los muslos de pollo…, y, por supuesto, los pollos propiamente dichos. También es posible comprarlo en cualquier hora de la noche, incluso en gasolineras.
GASOLINERA PK12
Ofertas del día:
Pizzas (compre 3 y pague 2
Bolsas de cacahuetes
Melones recién llegados de la Alpujarra
(no nos queda gasolina)
Vivimos en la sociedad de la superabundancia, comemos demasiado, las raciones son exageradas, no hay producto de alimentación que periódicamente no se ponga de oferta, pero en más cantidad, regalan más producto por el mismo precio, porque lo interesante es el dinero, el producto es secundario, es un proceso industrial, en la que la cantidad importa poco.
Máquina de fabricar bollitos “Pim Pum”
Capacidad de producción: 1.000.0000 bollitos/día
Producción y distribución: 550.000 bollitos/día
Consumo final: 400.000 bollitos/día
Destino de los 150.000 bollitos/día excedentes: a la basura.
Esta semana de oferta, cajas de 5 bollitos conteniendo 6 bollitos (1 de regalo).
Producción y distribución: 600.000 bollitos/día
Consumo final: 500.000 bollitos /día
Destino de los 100.000 bollitos/día excedentes: a la basura.
¿Dónde está el truco?
Aumentando sensiblemente la producción (coste insignificante), conseguimos facturar más.
A la caza del consumidor
Se nos trata como “consumidores”, la industria va a la caza del consumidor, saber qué quiere para darle todas las facilidades del mundo para ponérselo en bandeja de plata (bueno, exactamente de poliespan).
Constantemente se nos acecha con mensajes consumistas, tener la posibilidad de tener algo que no tienes, darte el capricho, darte el lujo, el “te lo mereces”, el “un día es un día”.
Nos han inculcado el mensaje que la prosperidad se demuestra teniendo más y más. El éxito radica en tener lo que no tienes. O algo que tienes, tenerlo mejor, más nuevo, más bonito, más plano, con más colorines, que pese menos. En alimentación ocurre exactamente lo mismo, pongamos por caso el Mascarpone, un producto que casi nadie ha probado, algo que suena italiano, un queso especial que hay que viajar a Italia para probarlo. Nada de eso, puede ir a cualquier media-gran superficie y adquirirlo. Mientras tanto en el país del Mascarpone estarán anunciando en una medio-grande superficie parecida (seguramente de la misma cadena) la llegada del Gazpacho, este producto andaluz, que casi nadie ha probado, recién llegado de la lejana España
Ni los más viejos del lugar se acuerdan de cuando el ahorro y la moderación eran virtudes, y la industria miraba más cómo conseguir una producción para todo el mundo. Todo lo contrario de lo que ocurre hoy, que el problema está en dónde colocar lo que se ha producido. O en inventar una nueva necesidad para seguir produciendo. En cuanto al ahorro, nadie se plantea iniciar un plan de austeridad para comprar algo. Se compra y ya está. O no se compra porque no hay dinero. Pero nadie se plantea ahorrar para comprar algo, porque todavía no habrán pasado 3 meses cuando aquello ya no está, ya ha pasado.
La paradoja es que a pesar de andar superalimentados y supersurtidos no nos sentimos bien.
No estamos satisfechos.
Acabamos de adquirir el último móvil y nos quedamos con la certeza que no es el último, que es cuestión de días para que aparezca otro que sustituye el “3G” por el “3.5G”, y bien pronto el “4G”.
Novedad mundial: último modelo "4G"
(caduca a los 3 meses, que sale el "5G")
Vivimos en la sociedad del picoteo, el hambre se ha convertido en ansiedad,
o sea,
en insatisfacción.
Que se traduce en un constante viaje de ida y vuelta a la cocina.
Nos esforzamos en creernos que existe una solución mágica (pagando) que nos va a llevar al otro lado del túnel. Hoy estoy gordo, me gasto dinero en este producto o tratamiento, lo uso, y adelgazo. El que gasta menos son 50€ al mes, es cosas que no le van a servir absolutamente para nada.
Y quien gasta este dinero, al final también se gastará 100€, 200€…. 600€ en busca de “algo” que lo conduzca al paraíso. Al paraíso de los delgados.
O SEA QUE LO QUE PEDIMOS ES QUE PODAMOS NADAR Y GUARDAR LA ROPA.
Y la industria está encantada en darnos estas soluciones mágicas. Un negocio que mueve 5.000 millones de euros al año, sólo en productos adelgazantes.
Lo último son tortillas, macarrones, pasteles de chocolate belga (que debe ser el más bueno), un arsenal de sopas, un arsenal de batidos… que todos tienen en común que están cargados de proteínas.
Beatriz con estos menús, en 5 días ha bajado 3 kilos.
Estos menús forman parte del extensísimo surtido de los productos
ADELGAZA SI ó SI
Todo proteínas, proteínas con todas las formas de alimentos posibles. Comerás de todo pero tu cuerpo sólo recibirá proteínas…
Pronto conseguirás la tan ansiada ACETOSIS
Es el precio para conseguir LA FELICIDAD
No dudamos en provocarnos enfermedades para conseguir el ansiado objetivo, poder beber y comer de todo y bajar de peso. Y vamos detrás de esto como los ratoncitos del cuento del Flautista de Amelín.
Sobre el bajar de peso
Para bajar peso es necesario un tratamiento multidisciplinar realizado en una unidad de sobrepeso y obesidad, que garantice una pérdida progresiva, teniendo en cuenta todos los factores implicados: grado de sobrepeso, tipo de alimentación, nivel de actividad física, estado emocional, motivación para cumplir el tratamiento,
El problema requiere un tratamiento multidisciplinar:
• Seguimiento médico continuado. Desde la primera visita.
• Alimentación equilibrada, aconsejada y supervisada por un especialista en dietética y nutrición.
• Actividad física adecuada.
• Apoyo psicológico.
• Seguimiento fisioestético, con el objetivo de no maltratar la piel en el proceso de cambio.
• Visitas con el especialista correspondiente totalmente personalizadas.
• Talleres de educación/reeducación alimentaria, motivacionales, control de los impulsos, relajación.
• Salidas culturales y comidas en restaurantes.
Cuando el exceso de peso es muy elevado, y el paciente ya ha hecho reiteradas dietas sin obtener buenos resultados, se recurre a técnicas inicialmente no invasivas, como el balón intragástrico.
En los casos de obesidad mórbida extrema, hoy por hoy, la técnica más eficaz y efectiva es la cirugía de la obesidad.
2 comentarios:
Es muy acertado tu planteo... quisiera agregar desde otro lugar que esto que señalas acerca de la superabundancia se da en gran parte por medio de la explotaciòn econòmica de los paìses "en vìas de desarrollo" -forma agradable de significar paìses explotados econòmicamente- por los màs desarrollados, es decir podemos tener superabundancia porque otros seres se estàn mueriendo de hambre, bàsicamente. Mientras nosotros nos preocupamos por còmo nos emos, ellos se preocuppan en que no tienen què comer.
Y en gran parte la dieta carnìvora que llevamos y la idea de expandir la venta de hamburguesas como una comida deseable universalmente tambien fomenta la pobreza de ciertas regiones del mundo... Saludos
Estoy de acuerdo con lo que dices. Pero mi entrada iba más bien dirigida al consumidor normal, a la persona de la calle. No iba a por razonamientos político-económicos. Sino a que nosotros también somos víctimas. Se explota al tercer mundo y también nos explotan a nosotros en el primer mundo. A unos les obligan a fabricar (tu razonamiento) y a otros nos obligan a consumir (mi razonamiento). Esa es la idea.
Un abrazo
Jordi Carballido
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