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30.8.08

Dieta: Una hazaña

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  • COMPULSIÓN

Impulso irracional, irresistible y repetitivo por realizar un acto contrario a la razón, que produce ansiedad creciente y obsesiva.

  • OBSESIÓN

Idea, impulso que se apodera del estado de ánimo de la persona dominándola por completo y provocando un estado de temor, ansiedad y angustia generalizada.

  • Ingesta compulsiva: obsesión por comer lo no permitido

Momento de descontrol en los que se ingiere una gran cantidad de alimentos (especialmente aquellos que no están permitidos).

Se come, aún sin hambre.

Comer compulsivamente es ingerir grandes cantidades de comida, acompañado de una posterior y desconcertante sensación de pérdida de control. La persona que padece esta enfermedad mezcla estados de ánimo con la comida. Se llega a asociar los cambios emocionales (buenas noticias, malas noticias, ni buenas ni malas noticias) de forma inevitable con la comida.

  • Las sobreingestas al final se hacen a escondidas, y van acompañadas de sentimientos de culpa, vergüenza, estados depresivos… enojo con uno mismo, por no haber sabido evitarlo. Hemos dicho “al final”, porque no siempre los episodios de sobreingestas se han vivido como una pesadilla, al principio se preparaban y se veían como algo gratificante, normalmente antes de aparecer obesidad.

En los estados avanzados, comer compulsivamente significa tratar de llenar un vacío con comida, un vacío que no llega nunca a llenarse, se come hasta que se llega a la plenitud extrema, ante lo cual la persona abandona por pura incapacidad para comer más, y se siente frustrada por no haber conseguido la sensación placentera, que en los estados iniciales de la enfermedad se tenían.

Las sobreingestas pueden manifestarse de dos maneras:

  • Atracón: grandes cantidades de alimentos en un tiempo reducido.

  • Picoteo: se va “picando” entre comidas, a lo largo de todo el día.

Entre las consecuencias de la ingesta compulsiva es entrar en una dinámica de fluctuaciones de peso, estas fluctuaciones al final siempre acaban siendo al alza, es decir, que una bajada de peso, va acompañada de una recuperación de todos los kilos, más unos cuantos de propina. Otra consecuencia es el aislamiento, y la evitación de las relaciones, con una clara repercusión en la autoestima y en la autoconfianza.

Comer compulsivamente puede ser una estrategia para afrontar estados emocionales, y también una manera de afrontar situaciones vividas como altamente estresantes. Se produce una confusión entre la sensación de hambre y la sensación de estrés. La persona presenta una dificultad (o una incapacidad) afrontar situaciones que se presentan (al principio ocasionalmente, y luego diariamente), esta sobreactivación se traduce en una única respuesta: comer compulsivamente.

Comer compulsivamente también tiene la función de “desconectar”, de la ansiedad, del aburrimiento, de la soledad, de los enfados, de los conflictos internos y externos, resultantes de la vida diaria.

  • Las sobreingestas también son favorecidas por el seguimiento de dietas altamente restrictivas, que aumentan la ansiedad, y, en los momentos que la persona baja la guardia (con frecuencia los fines de semana) desembocan en la ingesta de grandes cantidades de comida, muy especialmente en los alimentos que la dieta prohibía (dulces, pastas…).

La ingesta compulsiva, no es un problema de falta de voluntad (autoinculpación insistente de la persona que padece este problema), por lo tanto, no se puede superar “poniéndole ganas”. La persona sufre mucho, ya que siente que no puede controlar esta parte de su vida, que la comida se les mete en la boca sin apenas darse cuenta.

Por lo tanto, es necesario reconocer el problema, entenderlo como una enfermedad y solicitar ayuda en una unidad médica especializada en este problema.

  • La ingesta compulsiva es el trastorno de la alimentación que ha crecido más en los últimos años, y es la causa central de la irrupción de la obesidad como epidemia del siglo XXI.

  • Paradójicamente, no ha sido reconocido como enfermedad, hasta hace pocos años.

  • Un 5% de la población padece este problema, pero si nos centramos en la población con sobrepeso y obesidad, el porcentaje se supera el 50%.

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